En vez de una góndola
negra quisiera tener un violín
para con la crin del
arco ahorcar mi amor por ti,
Franz Mahler, eres
débil como un héroe, frío como el sexo,
ojalá pudiera con mi sangre
y el agua alta tallar un rubí
para rayar el culpable
diamante de mi amor por ti,
qué fulgor de belleza y
vileza si te comparo con Venecia,
la avaricia de sus
aguas con tu ruindad, vuestra decadencia,
las tenazas de su humedad
con tu herrumbrosa conciencia,
la inminencia de
vuestra muerte rutilante en el misterio de las loggias,
qué esplendor de oro y
miseria si te comparo con Venecia,
sus epidemias con tu
corrupción, vuestra mala influencia,
la gloriosa podredumbre
del Gran Canal con tu falso orgullo de oficial,
las máscaras sobre las
calaveras en carnaval con tu boca sensual, falaz,
el luto de las góndolas
como la mía con tu corazón color cuervo,
el corroído mármol de
la escalinata con tu cobarde capa blanca,
la lepra de miserables palacios
con la maldad que te roe el uniforme,
teniente Franz Mahler,
Bruckner o como te llames,
eres joven como un
asesino, cobarde como un viejo,
qué tristeza de
amaneceres si te comparo con Venecia,
con su vileza, con su
belleza, con su decadencia,
su bruma de seda con
las escamas de tu alma,
tenéis la misma
cuchilla entre los ojos de paloma,
qué pena si te comparo
con Venecia y con la guerra de independencia,
si comparo tus cambios
con las mareas de los canales o la fortuna de las batallas,
tu hipocresía con la de
los valses que con ritmo áureo disfrazan la muerte,
con la de rojas
condecoraciones que disimulan las heridas y la sangre,
con la de las arengas y
los informes oficiales que ocultan el frío, el hambre,
eres cálido como la
fiebre, generoso como el oro,
Franz Mahler, Wagner o
como te llames, qué horror de sables,
cuánta culpa de
ladrones y generales,
si te comparo con
Venecia, con Venecia y con la rosa blanca de mi inocencia,
que a los cuarenta me
ha hecho reflejar los últimos destellos de mi belleza
en el espejo de tu
juventud y de los canales lunares de Venecia,
mi inocencia, rosa
blanca quizá tan falsa como la guerra,
esa vieja dama que
oculta sus lacras bajo el tafetán y la gloria,
porque troqué mi pudor
por media hora de amor,
porque vendí la
dignidad por tus caricias, por un orgasmo la tricolor,
porque aposté por el
placer ya que sabemos que vamos a perder, perecer,
Franz Mahler, Bruckner,
Wagner o como te llames,
como el tifus contraje
este triste y culpable amor por ti,
soy clara como la
historia, joven como Venecia, grave como un violín,
inocente como la
guerra, pura como el Gran Canal,
blanca como mi góndola
que en las aguas recuerda un ataúd o un violín,
y a tu muerte me acerco
con un eco de pasos por las plazas de la noche,
con las detonaciones de
un fusilamiento que trae el viento,
en vez de una góndola
quisiera tener un violín
aunque solo fuera para
acallar las voces de mi sangre, mi rosa carmesí,
ojalá con el agua alta
y con mi sangre supiera tallar un rubí
para poder rayar el
culpable diamante de mi recuerdo de ti,
ojalá gozara de la
facultad de la palabra feliz
para en un poema
renegar de mi amor por ti.
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