El fuego de la fundición
forjaba nuestra juventud,
y en las chozas bailaron
las llamas de la venganza,
el humo ahondaba los
silencios de nuestra paz
y racimos de bombas se
desgranaron en rostros de ira,
los ocres aromas del
otoño se corrompieron en acres hedores.
I love you baby, nos
cantan los hombres del Vietcong,
I need you baby, silban
las balas perdidas en Shaigon.
El blanco frío de
nuestro invierno estalló en la selva,
y nuestras risas, que
como mariposas revolaban en el vaho,
se astillaron en
alaridos caídos por el pozo del dolor.
You’re just too good to
be true, cantan los torturados a la Muerte,
I wanna hold you so
much, le prometen los prisioneros de la noche.
Confiamos en ti, Mike,
como en un padre alegre
que reparte los juegos
y los consejos, la merienda y las sonrisas,
un padre risueño y
viudo que con su palabra nos cobija de la lluvia
y con la barba nos hace
cosquillas en la nostalgia,
tienes en el costado
algo forrado y acolchado que nos acoge,
un nido en el que nos
enseñas a volar,
aunque seas de acero,
tu compañía es blanda y cálida,
una crisálida que nos
guarda de las amenazas,
una especie de colchón
donde nos enseñas a amar y a morir,
pese a los frenazos de
tu mente o a las curvas de tu lógica
en tu Impala nos
sentimos seguros como en el seno materno,
pero también sabemos
que nos puede llevar a cualquier sitio,
a los lagos, a un
verano del sur, a Vietnam del Norte:
tu locura, Mike, es la
única que guardará la cordura,
tu rareza la única que
normalizará nuestro mundo.
Mike, loco, cazas
ciervos como si no los amaras,
amas a nuestras mujeres
para convertirte en nosotros,
matas a los chinos como
si fueran ciervos.
El cristal helado del
aire reventó en esquirlas de calor,
los camiones que a
medianoche mugen en la autopista
se convirtieron en
tanques que horadan la voz de los pantanos,
las albas azules en
sangrientos atardeceres.
I love you baby, ladran las metralletas del Vietcong,
Oh pretty baby now that I found you, stay,
piden a los prisioneros
sus captores,
Oh pretty baby don’t bring me down, I pray,
tararean desde las
alambradas los vigilantes.
Te necesitamos, Mike,
como a un guía que lee el bosque,
y para nosotros dos, Nick
y Steve, es un orgullo de hierro
que si la silueta de
las nubes augura felices presas
prefieras para la caza
nuestra cómplice agilidad y sigilo amigo
al pesado Axel, a la
agria fealdad de Stan, a John el torpe,
nos gusta que nos
marques la inocencia de las mejillas
con la sangre del himen
de la muerte,
con la sangre del
primer chino y del último ciervo que cacemos,
con la sangre de
nuestros juramentos infantiles.
Mike, aunque seas de
acero
en tus historias se
abrigan nuestras novias.
The sight of you leave me weak, cantan los agonizantes
a la Muerte,
There are no words left
to speak, juran a la Muerte sus esclavos.
Los amigos de la barra
se transformaron en enemigos emboscados,
los filetes del asado
en cartílagos que se disputan los cerdos,
las camas de nuestras
novias en jaulas donde nos muerden las ratas,
los ebrios orgasmos en
sordos disparos de la ruleta rusa,
el billar en mesa de
tortura, los tacos en palos,
las gabarras del río en
balsas con fardos de cadáveres.
Mike, loco, cazas a los
chinos como si no los odiaras,
disparas a los ciervos
como si fueran chinos,
temes a los chinos para
convertirte en nosotros.
I need you baby to warm a lonely night
suplican a la Muerte
los hijos del dolor,
Let me love you baby
le piden los olvidados
del perdón.
Mike, adoramos tus
ritos y tus símbolos, las supersticiones
que domestican las
fieras de tus culpabilidades,
admiramos tu tendencia
a torcer el ánimo y retorcer las palabras,
a expiar tus deseos
desnudando el frío cuchillo de las resacas al alba,
a sublimar tu afán de
dominio en el carisma de la amistad,
bebemos la leche de tus
consejos y el vino de tus ceremonias,
somos distintos –Steve
infantil y Nick más difícil-
pero los dos
coincidimos en honrarte, genial ingenuo,
vago extravagante,
romántico sin corazón,
en acariciar tu
confianza como a un perro blanco,
Mike, aunque parezcas
de acero tienes las costillas de arcilla
y nos haces latir el
pulso oscuro de la sangre.
I love you baby, nos cantan los asesinos del Vietcong,
Trust in me when I say, nos dicen al firmar la
rendición,
At long last love has arrive, cuando aterrizan en
Shaigon.
Despiértanos de esta
borrachera de sangre, Mike, devuélvenos
a nuestra comunidad y
seguridad de rusos americanos
como una patria
concéntrica a la patria,
guíanos con la brújula
de tu instinto de peregrino puritano,
haznos regresar y
cúranos las heridas del espíritu,
perdonaremos al ciervo,
distinguiremos cada hoja del abeto,
acordes con el latido
de la Naturaleza
aceptaremos si hace
falta morir de frío en la cuneta,
por ti seremos el
ciervo que pace su mirada en el paisaje,
eres el viento del
monte y el corazón de la amistad,
Mike, volverás a
exorcizarnos los miedos de la infancia
y recaeremos en el
hechizo de la homosexualidad latente,
llévanos de vuelta,
amamos el hogar
y tú eres el espíritu
del hogar,
o si lo prefieres,
Mike, detén el tiempo o reviértelo como un dios
y no permitas que
desertemos del hogar y de la vida.
Fantástico! Gran postre para después de degustar la película.
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ResponderEliminarGracias! También puede servir de aperitivo antes de verla.
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