sábado, 16 de febrero de 2019

EL ASEDIO: Borrachera.


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-Es un ju-juego que nos traemos ella y yo.
-Pues menuda broma robarte la novela y dejarte sin Internet y sin ordenador, si de veras te dedicas a escribir.
-Son mo-molestias que se toma por mí. Pronto vol-volveremos a estar juntos. Nunca encontraría a na-nadie como ella. Es el a-amor de mi vida.
Mis recuerdos del resto de la noche se confunden con un sueño. No sé qué ocurrió y qué dejó de ocurrir, por qué empezó y cuándo terminó todo, cómo se encadenaron y desencadenaron los hechos. A una luz macilenta y mareante, brumosa y por momentos relampagueante, varias escenas se funden unas con otras como editadas por un montador vanguardista o ebrio. Aunque me temo que allí el único borracho era yo. Me veo huyendo a la carrera del portal y dejando atrás a mi perseguidor, seguramente informado por Ángela de mi llegada a la calle del Gato, y sin solución de continuidad junto a una japonesa convulsionándome en una discoteca entre los relampagueos de un láser, por momentos me creía un evadido enfocado por los reflectores de mis carceleros, e ignoro si antes o después tambaleándome a través de las ruinas de la noche, en una calle traspasada por un silencio portentoso, antes de entrar o a la salida de una taberna típica, turística de puro vieja, con tablado y serrín al pie de la barra de zinc, con la particularidad de que las paredes de cal ya se estrechaban con amenaza de compresión de los presentes, ya se expandían hasta adoptar la amplitud de una corrala, donde a horcajadas en una silla de anea, como un quejumbroso cantaor de cante jondo, me dediqué a propalar mi caso.
-¿Habéis oído lo que dice? El menda dice que ha estado liado con una famosa.
-¡Menos lobos!
-¡Que diga quién y que invite a una ronda para brindar por ella!
-Con otra copa dirá que es Cleopatra.
-¡Cómo están las cabezas!
Mi auditorio se caracterizaba por transferirse unos a otros, como si fueran postizos, sus rasgos más distintivos. Los ojos de lechuza de uno se inscribieron en la cara del tipo de la verruga en la punta de la nariz, la cual pasó al de la boca mellada, y así sucesivamente hasta que tras una vuelta se reubicaban en su dueño primitivo y la ronda se iniciaba de nuevo. Interiormente me burlaba de ellos: todos estaban borrachos menos yo. A veces andaban a gatas o las mesas libres con las sillas invertidas echaban a volar obra de una telequinesia eficaz. El local oscilaba en una ardiente niebla. Los muebles parecían tener fiebre. Delirantes botellas danzaban en la barra, un espejo reflejaba escenas del pasado, patilludos bandoleros y migueletes de mostachos retorcidos. Una y otra vez intentaba desprenderme de unas gafas de tres dimensiones con un caleidoscopio incorporado. Mis fugaces visiones de vigilia devenían oníricas y duraderas, mi lucidez estaba alucinada.
-La nuestra es una relación amor-odio, co-como los grandes amores de la historia.
-Claro, y ahora estáis en la fase del odio.
-Si siempre empinas el codo así, no me extraña que te haya dejado.
-Siéntate, colega, o te romperás la crisma. No te tienes en pie.
-Lo de que es escritor debe ser verdad, según la manera en que priva.
En un momento la estancia se desequilibró y empezó a descender como la cubierta de un barco que se hundiera. Todo el mundo menos yo se puso a hacer el pino. Sumergido en el agua el figón se fundió en la oscuridad. Tuve conciencia de estar tumbado. Primero en una tumba, entre sábanas de mármol. Luego en el camastro de mi palomar. Y vi a alguien que era y no era yo, pero más bien sí era, dando tumbos hasta acceder a la taberna. Estaba soñando. No sé si un sueño dentro de otro o si había soñado que despertaba o si quien soñaba era otro que no era yo. Recuerdo que recién entrado tuve la sensación de que mis bandazos regulaban el ritmo de todo cuanto me rodeaba, la cadencia de las seguidillas, el paso del camarero, los ademanes de los bebedores. En mi recuerdo de aquella noche la irrealidad acontece lógicamente, como en los relatos de Kafka los absurdos suceden razonablemente.
                     


                                                                                                                                                                                                                                                      

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